miércoles, 27 de septiembre de 2017

Capitulo 3: "Cambios"

Capitulo 3
Cambios

Dicen que el tiempo pasa rápido cuando uno se esta divirtiendo

 y ¡Vaya que es verdad! Desde que llegué a Isla Paradiso los días transcurrían mucho más deprisa, claro que no por eso dejaba de disfrutarlos al máximo. 



Tras algunos meses de trabajar como pescadora autónoma y ahorrar lo más que podía de mis ingresos logre hacer la primera reforma a mi casita de muñecas. Desde ahorita les digo que no fue gran cosa porque realmente mis ahorros no eran tantos pero al menos el baño ya era un cuarto cerrado, también había espacio para tener un cuarto propio y por supuesto: una cocina. Ya no tendría que ir a los parques comunitarios de la ciudad para poder prepararme algo en las parrillas. 

Repito, no era mucho pero yo me sentía orgullosa de los avances que estaba logrando. 



Con el aumento del tamaño de la casa, las cuentas también aumentaron pero ya lo había previsto, me esforzaba lo suficiente en mi pesca diaria para pagar sin problemas y permitirme ahorrar otro tanto para ampliaciones futuras. 

Claro que me cansaba, en ocaciones me quedaba pescando hasta la madrugada para obtener los suficientes ingresos, pero yo sabía que valía la pena. 



No tenía porque quejarme, las cosas estaban saliendo mejor de lo que había soñado. 

Por ejemplo, poco después de las reformas a mi casa de muñecas, paso que la amable señora que compraba mis peces para revenderlos (la misma que me había regalado mi fiel caña de pescar) me pregunto que si no me interesaba ser socia de su tienda con posibilidad a compra en un futuro. 

-... veras, mi esposo y yo estamos haciendonos viejos y queremos que en un futuro la tienda quede en buenas manos. Mi único hijo se fue a estudiar a Bridgeport y se bien que no le interesa la administración de esta tienda. Sus sueños son más artistico y yo no soy quien para interrumpirlos.- me dijo para tratar de convencerme. 

-Pero... yo ahora no tengo mucho dinero para convertirme en socia, acabo de realizar mejoras en mi casa y me he acabado casi todos mis ahorros.- me hundí de hombros, porque pensé que de haber sabido las intenciones de la señora antes las reformas habrían podido esperar.

-No te preocupes por eso cariño que ya lo teníamos contemplado mi esposo y yo.- sonreía grande -¿Qué te parece si por el momento simplemente empiezas aportando con uno o dos recibos? Seguire comprandote tus peces y al final de mes dividiremos ganancias. 

Agradecida por la fortuna que tenía desde que llegué a la isla acepte y fue así como me convertí oficialmente en socia de aquella pequeña tienda.




Yo sé que estarán preguntandosé: "¿Qué hay de Saly, Rajan y Harley?" Pues bueno, seguía en contacto con ellos, cuando podiamos nos veíamos y cuando no, los llamaba para saber como estaban o simplemente para que me contaran como les había ido en el día. 



A los tres los quería por igual pero con Harley había echo un vinculo especial, teníamos en común muchas cosas pero sobretodo el amor por los exteriores y la pesca.



Pese a que ya era socia del único supermercado de la isla, la pesca seguía siendo mi principal fuente de ingresos así que no sólo invertia gran tiempo en ello, sino que también me esforzaba por mejorar para pescar peces de mejor cálidad.



Poco a poco mis esfuerzos daban resultados y la gente estaba contenta con mi mercancía y solía acabarse rápido. 



Más no sólo me dedicaba a ello, pese a que solía pasarmela pescando buscaba hacer huecos para otras actividades que también me generarán ingresos, como la jardinería. 



Y por supuesto, de vez en cuando me daba una que otra escapada a la playa. 



No había dejado mi sueño de lado, así que si quería cumplirlo también tenía que continuar practicando mi buceo de superficie si quería aventurarme a hacer submarinismo. 

¡Oh Isla Paradiso! Jamás me arrepentiré de haber venido aquí. 



Quizás mi vida en la Isla no sea muy interesante, pero vaya que el lugar esi que lo es. Más temprano que tarde me di cuenta de que la abuela de Saly no había alucinado al ver sirenas, no porque yo las haya visto, de echo hasta el momento jamás había visto una sirena y eso que pasaba muchas horas pegada al mar. Lo que si ví fue a un hada. 

Si, un hada. ¡Aguarden! No estoy loca. Iba yo entrando al baño de una de las playas donde había estado pescando y entonces vi a una chica, al principio no le dí mucha importancía (es el baño de chicas después de todo) pero entonces vi que llevaba un par de alas pequeñitas en su espalda. 

-Hola.- me saludo con mucha alegria -¡Tu vestido es muy original! ¿Puedo saber donde lo compraste?- 

Estaba tan impactada por lo que veía que no respondí de inmediato a su pregunta. De echo no respondí -¿Q-qué es eso?- pregunté y señale debilmente sus alas, no quería ser grosera pero vamos, no todos los días se ven esa clase de cosas. 

-¿Hablas de mis alas?- ladeo el rostro y luego se rió divertida por mis expresiones.

Después de la primera impresión (y ¡Vaya impresión) hablamos por largo rato y me comentó que aunque no lo creyerá en la isla había varias personas con caracteristicas especiales. 

¡Oh Isla paradiso! ¿Qué más sorpresas tienes para mi?

*~*

Después de mi primer encuentro con un hada de verdad yo continue con mi vida, después de todo ella me lo había dicho: "Hay más como yo en Isla Paradiso" y no podía pasarme la vida sorprendiendo con cada criatura sobrenatural que me topase. 



Bueno, ahora tenía un nuevo pasatiempo: encontrar a una sirena. Si la abuela de Saly había conocido a una, entonces yo también podría y según yo tenía más posibilidades de conocerle si me quedaba más horas junto al mar. A veces, por estar mirando al horizonte no me daba cuenta de lo que pasaba alrrededor de mi, como la vez en que un chico me miro por largos minutos antes de que yo si quiera notará su presencia. 

-¿Tu eres Lissandra Corcoran?- preguntó de pronto haciendo que yo diera un brinquito de sorpresa. 

-S-si... ¿Q-qué haces aquí?- la playa era publica, pero estaba tan acostumbrada a pescar a solas que me sorprendía de verdad que hubiera alguien más además de mi.



-¡Perfecto!- el chico muy sonriente me ignoro y de pronto saco una camara con la cuál empezo a tomarme fotos. ¡¿Qué diablos le pasaba!? Aquello me molesto muchisímo porque además de que estaba violando mi privacidad, yo iba en traje de baño. -Con estas creo que serán suficientes.- 

-¿Qué?- frunci el seño -Borra esas fotografias ahora mismo.- exigí pero nuevamente fui ignorada, el chico se fue corriendo y riendo. 

Poco tiempo después me entere de aquel chico era un paparazzi que trabajaba para la revista de chismes oficial de la isla. ¿Cómo me entere? Pues el se inventó la historia de que yo me estaba enrrollando con un casado. ¡Un casado!

Claro que me indigne e incluso interpuse una demanda por difamación (la cuál perdí por cierto) pero no todo podía ser perfecto ¿Cierto?

Poco tiempo después me entere de como había surgido todo. El hada que había conocido era una celebridad con hambre de darse a conocer más así que empezo a hablar de mi unas cuantas cosas no del todo ciertas para ganar notoriedad lo que causo que el paparazzi pusierá sus ojos en mi. 

Las cosas se aclararon unos días después cuando la amante del tipo con el que me involucraron salio para anunciar que era ella quien se revolcaba con el hombre ese y la revista me pidio disculpas publicas pero aún así me había convertido en una especie de celebridad de la isla, no tanto por el chisme, sino porque al fin sabían quien pescaba los deliciosos peces que compraban para sus comidad. 

No podía quejarme del todo. 


Yo continue con mi vida, mis pasatiempos y frecuentando mis amistades. Sobretodo a Harley, mi mejor amigo en Isla Paradiso.




Hablando de él, un día (cerca de una semana después del escandalo en el que me vi envuelta) quedamos de vernos. Yo llegué primero así que pude verlo llegar y me di cuenta de las grandes alas que tenía en la espalda. 

-¡Harley! ¿Qué te paso? E-eres un hada.- de nuevo me sorprendía, no podía evitarlo, acostumbrarme no era tan fácil. 

-Ahora sí.- dijo como si no fuera nada.

-¿Cómo paso?- 

-No estoy muy seguro, un día un Hada me echo unos polvos encima y de pronto me crecieron estas.- señalo con ambos pulgares su espalda, obviamente se refería a sus alas. -Son más útiles de lo que crees.- rió y fue así como yo pude relajarme nuevamente. 



Pasamos la tarde hablando de varias cosas, poniendonos al día de cosas que no podíamos contar por telefono. 

-¿De verdad?- rió con muchas ganas -¿Cómo es que yo nunca me entero de esa clase de chismes?- 

-¡No fue gracioso!- hice pucheros -Pero es mejor así, no sabría como mirarte a la cara si te hubieras enterado antes de que yo te contara la verdad.- baje la cabeza.

-¿De que hablas?- pregunto y me miro a los ojos -Obviamente no los hubiera creido, te conozco y sé que no eres esa clase de persona.-

-Harley...-



Prontó nos dió hambre y me puse a cocinar para los dos. No había mejorado mucho porque apenas tenía una cocina pero me esforzaba porque no quería darle porquerías.



Porqué yo... ¿Cómo decirlo? Realmente lo apreciaba. Nunca había tenido a alguien como el que me apoyará en mis tontos sueños y desiciones locas. Era alguien con quien me sentía comoda y además confiaba tanto en mi que era capaz de ignorar el chisme más creible, porque me conocía. 



-¡Tus perritos son los mejores Liss!- 

-¡No exageres!-

Aquella tarde junto él mientras bromeabamos y hablabamos de tonterias me di cuenta por primera vez de que me gustaba. 

Si, Harley Giraldo me gustaba y en el momento en que me di cuenta yo...



... lo besé. Había aprendido que si quería hacer algo, debía ir a por ello y no esperar a que de la nada me cayerán. Así iba cumpliendo mis sueños. Se me habían antojado sus labios y yo los había tomado así sin mas. 

Y el... él me correspondió. 

-Liss...- suspiro en el momento en que me separe. -Liss, me gustas.-

Yo lo miraba nerviosa, sonrojada pero sonreía bobamente. -Tambien me gustas Harley, mucho.- 



Me abrazo entre sus fuertes brazos. 

-¡Sé mi novia!- más que pregunta era casi una orden. Reí, porque el era así, tan aventado y decidido. -Tienes que serlo.-



Rei por unos segundos, luego me calme y asenti con la cabeza mientras tomaba su mano alejandome de su abrazo para mirarlo a los ojos.

-Lo seré.- 



Aquel día esperamos a que obscureciera para sentarnos y poder disfrutar de las estrellas mientras nuestra charla infinita proseguia. Definitivamente no podía quejarme. Quería a Harley tanto como a Isla Paradiso.

*~*

Hasta aquí el capitulo 3. Sé que esta algo Random, pero realmente me tomo por sorpresa que de repente un día Lissandra llamará a harley y este viniera como XD hada! Fue gracioso y no sabía como acomodarlo en la historia sin que quedará taaaan largo. 

En fin, recientemente me di cuenta que en la ficha de Lissandra olvide agregar su deseo de toda la vida. Mañana XD subo la ficha completa. 

¡Hasta la proxima!

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